En el shock séptico existe un déficit relativo de vasopresina, que se encuentran inadecuadamente bajos para el grado de hipotensión arterial, y diferentes estudios han descrito que la administración de vasopresina disminuye los requerimientos de fármacos vasopresores. No obstante, sus efectos colaterales pueden ser graves tales como arritmias e isquemia miocárdica, cutánea e intestinal. Las guías de la CSS recomiendan que la vasopresina no debe ser el vasopresor inicial en el shock séptico y que una infusión de 0,03 unidades/min puede agregarse a la noradrenalina, esperando un efecto equivalente al de la noradrenalina sola. No ha demostrado ventajas frente a la monoterapia.
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